30 de septiembre de 2011

Promesas en el aire

Cuántas cosas prometiste, hoy ya no existen... Y no puedo decir nada malo, ni reprocharte que me hayas hecho daño; pues todo el antes y después ha sido y es igual. Sigo sintiendo que te quiero, igual que antes de haberte besado como nunca, siento que nunca te tendré; lo mismo que antes sentía, pero esta vez se que te he tenido y ahora siento algo más, siento también que te echo de menos.
¿Qué te pasa?, ¿Qué me pasa?, ¿Qué nos pasa?. Nada, absolutamente nada, todo es igual. Es como si lo hubieses olvidado y a la vez lo recordases solo para recordarmelo a mí.
Cada vez que me das un beso en la mejilla eres capaz de camelarme con la mirada y dejar tu olor durante cinco segundos. Cada vez que me sonríes o te sientas a mi lado lo haces de esa manera tan especial que haces que me enamore más de ti, que a pesar de tenerte cerca te echo de menos... Y cada vez que nos miramos y reímos soy capaz de recordar en un instante cada cosa bonita que decías, y a la vez soy capaz de preguntarme si seguirás pensando lo mismo o tal vez todo fueron mentiras, si algún día podrás cumplir tus promesas o si todas quedaron en el aire.

3 de septiembre de 2011

No hablo por hablar; por si alguna vez dije "te quiero"

Es imposible que algo salga como quieres cuando no sabes dar tiempo al tiempo... No puedo decir que todo hubiese sido mejor si las cosas durasen más tiempo pero cuando logré ver que todo se terminaba me derrumbé; porque sabía que todo podría ser diferente si tuvieramos el valor de hablar las cosas.
Pero ya veo que nada fue así, y ahora mismo no quiero saber nada de mi vida. No quiero saber nada porque creo que empecé a quererte demasiado antes de tiempo, creo que me entregué al 100% y al menos estoy agradecida de que no se precipitaran las cosas. Entonces ya no querría saber nada ni de mi personalidad.
Hoy puedo decir que he vivido una experiencia más en mi vida y que me ha dejado marcada, pero en realidad no es así. Es cierto que te quería; y te sigo queriendo, pero desde el principio tenía asumido que no sería para siempre y gracias a eso hoy puedo sonreír. Porque mi realismo es el que me ha salvado de todas mis lágrimas, y el que hoy me permite dirigirte la palabra. Hoy estoy orgullosa de ser como soy, y sobre todo de no haberte perdido, de que aún seas mi amigo y de que podamos sonreír juntos.
Pero quiero que sepas algo; yo no hablo por hablar, por si alguna vez te dije "te quiero".