13 de junio de 2011

No me consuela saber que nada es para siempre

Las ganas de despertarse cada día son cada vez peores, a medida que pasan cosas que te influyen negativamente pierdes fuerzas. Es cierto que la vida hay que trabajársela... Cada persona es diferente y no todas reciben el mismo trato. Te das cuente de que debes ser tú misma, pero nada fuera de lo normal. Porque la gente tiene un límite para soportarte.
Al final el "ser tú misma" acaba siendo "lo que los demás quieren"... Pero intentas ser la misma de siempre y gustar a los demás, y gustas, pero no lo suficiente. Algo te impide que la persona que ames se fije en ti o que tan solo haya llegado a pensar en ti una sola vez.
Cuidado, porque en el momento más inoportuno llega el suceso que menos querías que pasara. El momento por el cual te tienes que separar de él. La causa que te fastidia el día a día, las ganas de ponerte guapa, y lo peor es que las lágrimas pueden llegar a delatarte, porque en ese momento todo va bien en tu vida. Todo menos eso. Por eso queda claro que podemos llegar a llorar hasta por los más pequeños detalles de tu vida. Pero los que más feliz te hacen.

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