15 de junio de 2011

Las evidencias no engañan

Que nadie me pregunte por qué pienso tanto en ti. No me pidas que te diga que es lo que me seduce de ti, no sabría decirte si son tus ojos, tu sonrisa o las dos cosas a la vez. No se si es tu forma de entablar conversación o tu voz. Tal vez sea tu risa o tu forma de bailar. Tu forma de agarrarme o de darme besos.
No lo se, se que eres tú el único, y que si no se lo que es, quizás es porque todo lo que he dicho me gusta de ti. Quizás deberías plantearte que eres la única persona que ahora mismo puede hacerme evadir de este mundo.

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