28 de diciembre de 2016

"Que yo te espero aquí, que doy mi vida por que vuelvas"

Hoy retomo el libro en la página en la que tú decidiste reaparecer después de unos cuantos capítulos en blanco; la página que no dejo de leer y releer, la que tanto me intriga...
Por lo general, odio esos libros en los que siento la necesidad de seguir leyendo, pero en este solo quiero avanzar y avanzar, recorrer cada línea poco a poco para apreciar cada detalle, de la manera que me gustaría recorrerte. Digamos que me gustaría catalogarte como mi mejor historia hasta hoy...
Como cada historia, la tuya tiene su drama y, sin embargo, quiero más. Quiero leer más. Quiero que entre líneas me digas por qué reapareciste capítulos después, o que me dejes aparecer en tu historia y me lo susurres al oído después de recorrer mi espalda y besar mi cuello.
Sueño que, en una historia paralela, huyo de todos mis males y responsabilidades... Huyo de todo lo que me inhibe y me frena y, aunque eso no me integra en tu historia, me hace sentir que estoy más cerca de cruzarme en ella. Me hace creer que podría llegar a escaparme contigo.
Necesito avanzar, descubrir cuál es el objetivo o la prioridad en tu historia y qué es también aquello que se interpone, obviando la distancia que lo vuelve todo tan surrealista.
Necesito también un narrador omnisciente que me permita leer su pensamiento, tu pensamiento...
Y por supuesto deseo llegar al final, que espero que sea el final de una primera parte, que desenlace con un "fueron felices y comieron perdices" y conlleve un "continuará..." en el que la historia deje de ser tuya y comience a ser una historia de dos.

Lo irónico ahora es que tú seas dueño de toda esta historia pero sea yo quien escribe... 
Lo irónico es que desde tan lejos seas tan dueño de mí.

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