30 de diciembre de 2016

Última carta a mí misma

Querida yo,
Seré breve:

Cuatro lágrimas útiles para decidir que no he de dejar que mi felicidad dependa de nada ni nadie. No voy a llorar con más canciones tristes y menos sufrir.
No voy a perseguir a nadie, salvo a mis sueños.
Voy a reír y a reirme de mí. Voy a disfrutar de mis éxitos y a aprender de mis fracasos.
Voy a cantar y bailar con todos y con nadie, contra el viento y al revés.
Voy a ser yo.

Me quiero más que a nadie.

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