10 de septiembre de 2012

El que es feliz fue triste, y el que es triste será feliz


Dicen que naces, creces, te reproduces y mueres. Nadie dice nada de querer, de dudar, de tener miedo… Aunque supongo que todo eso es crecer.  Crecer no es aumentar de tamaño, es vivir sin improvisación, es abrir puertas que no sabes a dónde llevan, es aprender, es caer y levantarse, ganar y perder… Aprender también es crecer, todos aprendemos; los pequeños  aprenden de los grandes, que a la vez aprenden también de los pequeños. Todos aprendemos a crecer y crecemos aprendiendo. Todos, incluido tú, que crees que te comes el mundo; tú, que crees que por no querer ya no eres querido… Incluida yo, que soy pequeña y creo que no valgo nada; yo, que para ti no soy nadie. Y no importa lo que somos para el resto,  importa lo que somos para quien nos quiere y nos hace felices, porque aunque algún día llegue el final, debemos luchar por una meta en la vida… Luchar también es crecer, luchar por ser feliz es sufrir por serlo, pero si no sufres, no lograrás sentir la felicidad. Crecer es cruzar una puerta que se cierra para no volver a abrirse, una puerta  que te conduce al vacío y al recuerdo, dónde quien quiera pueda recordarte como aquella persona tan grande que cabe en un corazón tan pequeño, por eso crece acompañado, y lucharás sin darte cuenta por ser feliz.

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