28 de mayo de 2011

En el realismo también hay optimismo

Siempre me parecía una tontería que la gente dijese que se perdía en los ojos de otra persona. Nunca lo entendí, hasta que yo misma te miré fijamente. Me centré en tus ojos e intenté tener el valor de aguantar tu mirada sin girarla a otra parte. Comprendí que es posible que una mirada pueda perderse en otra, que chocan y se unen en la inmensidad, que es imposible saber lo que haces hasta que te giras y te das cuenta de donde estás y con quién, y efectivamente estás con él. Lo único que sabías desde el principio era que estabas con él, y lo sabías porque solo puedes perderte en su mirada.
EN LA SUYA Y EN LA DE NADIE MÁS.