14 de abril de 2011

Es normal que llegue un momento en el que ya esté harta de todo, que quiera llegar a la conclusión de que encontraré mi camino o de que sin reconocer mi futuro o de que lo que haré con mi vida tenga clarísimo que no existe nada perfecto, ni tú ni yo. Que no hay nada más perfecto que lo que aprendo a aceptar o lo que me gusta incluyendo sus defectos.
Mi forma de ser optimista es aceptar que no eres perfecto y que no quiero aceptar tus defectos. No quiero aceptarte tal y como eres porque tú tampoco has sabido aceptar los míos.
Yo quiero a mi gente, los que me aceptan tal y como soy, ellos son perfectos pero con esto he caído en la conclusión de que busco a la persona imperfecta para mí, que no sería capaz de vivir con una persona que no tuviese defectos, una persona que sabe demasiado, sería insoportable. Más insoportable de lo que eres tú. De lo insoportable que se me hace esta vida porque no te tengo a mi lado.